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Bangkok Dangerous

País
Tailandia
Año:
(1999)
Directores:
Oxide Pang y Danny Pang
Intérpretes:
Paralit Mongkolpisit
Pisek Intrakanchit
Premsinee Ratanasopha
Patharawarin Timkul

Kong (Paralit Mongkolpisit) es un sordomudo incapaz de olvidar el maltrato recibido de pequeño por sus compañeros de colegio. En el club de tiro donde trabaja limpiando suelos, conoce a Joe (Pisek Intrakanchit), un asesino a sueldo, quien comprueba la destreza de Kong, motivada por su ansia de venganza, y empieza a enseñarle los gajes del oficio. Kong, también descubre las ventajas de ser sordo para afinar su puntería. Como no puede escuchar los disparos, el ruido de éstos no le hacen cerrar los ojos inconscientemente. Herido en la mano con la que dispara durante un trabajo, Joe ha dejado a Kong al mando de las operaciones. Aom (Patharawarin Timkul), ex-novia de Joe y encargada de un club de barra americana, sirve de intermediaria entre los asesinos y el Jefe, quien proporciona los trabajos. Aom todavía está enamorada de Joe. Por otra lado, Kong empieza a salir con un farmacéutica, Fon (Premsinee Ratanasopha), hasta que ésta descubre a que se dedica. Cuando Aom es violada por uno de los clientes del Jefe, Joe entra de nuevo en escena para vengarse del violador.

Durante la primera parte de BANGKOK DANGEROUS, lo único que tiene de original es su país de procedencia. Tailandia, de la mano de los hermanos Pang, ha entrado en el trillado mundo de asesinos a sueldo (una de las profesiones más globalizadoras en el cine del momento). No obstante, aparte de combates de kickboxing y barras americanas, el escenario donde se desarrolla la historia pudiera haber acontecido en cualquiera otra parte del mundo. De hecho, los valores de producción de BANGKOK DANGEROUS son cine por cien hongkoneses. Los hermanos Pang son naturales de Hong-Kong, donde iniciaron su carrera cinematográfica. Oxide, trabajando de colorista y Danny de montador, para luego instalarse en Bangkok. Las influencias de directores de la ex-colonia británica como Wong Kar-wai y John Woo son, como poco, obvias.

La cinematografía estilo Chris Doyle, director de fotografía de Wong Kar-wai, es aparente en la totalidad de BANGKOK DANGEROUS. El uso de diferentes stocks de celuloide (los flashbacks de la infancia de Kong parecen haberse rodado con una cámara de 8mm en un blanco y negro muy granulado), efectos estroboscópicos de cámara en mano a diferentes velocidades o la tendencia a montar un elevado número de tomas cortas superponiéndose, para capturar los movimientos físicos de los personajes, son algunas de las características del trabajo de Chris Doyle en los filmes de Kar-wai. En cuanto a lo temático, la relación entre Joe y Aom se parece, salvando las distancias, a la de los personajes interpretados por Leon Lai Ming y Michelle Reis en FALLEN ANGELS.

En cuanto al cine de John Woo, los hermanos Pang toman prestados la camaradería entre los personajes principales Kong and Joe, así como cierto tipo de escenas de acción muy habituales en el trabajo de este director. Por ejemplo, el tiroteo entre dos personajes es seguido por un travelling lateral a cámara lenta. En medio de los pistoleros, siempre hay algún tipo de objeto. El travelling a cámara lenta muestra, con un detalle espectacular, el destrozo provocado por las balas. En HARD BOILED tenemos la impresionante secuencia en la sala de maternidad del hospital, con las ventanas como objeto de por medio. En BANGKOK DANGEROUS, se produce una escena similar en un almacén de botellas de agua.

Aun así, en la segunda parte, justo a partir del asesinato de Joe a manos de los secuaces del Jefe, el largometraje adquiere un cierto interés. El personaje de Kong, al quedarse sin su compañero, deja de ser tan unidimensional y simplista. Su condición de sordomudo, una ventaja al principio de la película, se vuelve en su contra. Por supuesto, la relación con Fon es complicada, más cuando ésta descubre el trabajo de Kong. Sorprendentemente, Paralit Mongkolpisit, consigue imprimir con veracidad su imposibilidad para expresar sus sentimientos hacia Fon.

Muy interesante es la claustrofóbica persecución en un laberinto de callejuelas, rodada a cámara rápida, con lente gran angular y efecto estroboscópico, entre secuaces del Jefe y Kong y Aom. El silbido de las balas es acentuado en la banda sonora, así como los impactos en las paredes, con una clara intención. Kong no se da de cuenta de que Aom ha sido alcanzada en la espalda por una bala. Su hándicap, no sólo le impide escuchar el ruido de los disparos, pero también los gritos y gemidos de Aom. Cuando Kong repara en la herida Aom, ya es demasiado tarde. A partir de aquí, se incrementa el sentimiento de remordimiento de Kong por todos los asesinatos que ha cometido, pues ha sido incapaz de escuchar el sufrimiento que ha provocado. En unos espeluznantes flashbacks, Kong visualiza todas las muertes que ha ocasionado. El rebobinado de los cuerpos que han caído al suelo, parecen mostrar el deseo de Kong de dar marchar atrás a sus acciones.

También hay que destacar la soberbia escena final en la que Kong se rinde ante la policía, con especial hincapié, la preciosa fotografía de las gotas de la lluvia en un plano elevado de la acción. Éstas fueron creadas digitalmente en post-producción por Centro, compañía de efectos especiales afincada en HK que ha participado en películas como STORM RIDERS y A MAN CALLED HERO. De todas maneras, todavía creo que le dan un extra incentivo al estado de Kong. Curiosamente, hacen que la redención de Kong aparezca mucho más bella y pura, casi religiosa.

Para finalizar, sólo apuntar que los hermanos Pang han conseguido que el cine de Hong Kong, disfrazado de tailandés, vuelva a ganar festivales en occidente, como en el Festival Internacional de Cine de Toronto, donde BANGKOK DANGEROUS fue galardonada con el Premio Internacional de Críticos Fipresci.

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©Joaquín da Silva, 2003