Título original:Seishun Zankoku MonogatariAño:1960Director:Nagisa OshimaIntérpretes:Yusuke Kawasu Miyuki Kuwano Yoshiko Kuga Fumio Watanabe Kei Sato Jun Hamamura Aki Morishima |
Más tarde, Makoto abandona a su padre y hermana mayor y decide vivir con Kyoshi. Para sacar dinero, entre los dos planean utilizar la misma situación que los unió: Makoto hace autostop y lleva a los conductores hasta un hotel mientras que Kyoshi los sigue en su motocicleta, ataca al hombre y le roba el dinero. |
Oshima ha declarado en multitud de ocasiones la enorme influencia que películas del llamado género Taiyozoku (tribus del sol) tuvieron en su carrera inicial, películas como CRAZED FRUIT de Ko Nakahira, basada en una novela de Shintaro Ishihara. Jóvenes, violencia y especialmente sexo eran los temas que caracterizaban este tipo de trabajos. De todas maneras, Oshima le da a éste, su segundo largometraje, una agenda política que las películas Taiyozoku no tenían. Oshima consigue combinar lo artístico, experimental y político con los requisitos del género, trabajando bajo las órdenes de un estudio. CRUEL STORIES OF YOUTH tuvo un éxito enorme tanto de crítica como de taquilla en el momento de su estreno lo que permitió a Oshima dirigir otros films antes de dejar el estudio Shochiku precipitadamente después de que su película NIGHT AND FOG IN JAPAN fuera retirada de las pantallas de cine por el propio estudio tras solo tres días en cartelera.
CRUEL STORIES OF YOUTH es un film esencial si se quiere conocer mucho mejor el posterior trabajo de este director tan iconoclasta. De lo mucho que tiene de interesante, lo que más sale a relucir es la visión pesimista de Oshima del Japón de los años cincuenta y su evidente decepción ante el fracaso de las manifestaciones en contra del tratado Ampo. Tres generaciones de japoneses son criticadas aquí. La generación de la posguerra, representada por el padre de Makoto, la cual fue incapaz de entender y tratar de desarrollar el proceso democrático iniciado tras la guerra. La generación de la hermana mayor de Makoto, Yuki (Yoshiko Kuga), y su ex-novio Akimoto (Fumio Watanabe) también es criticada por no llegar a realizar sus sueños revolucionarios y por abandonar sus ideales tras su fracaso en la lucha contra el tratado de alianza que Japón y los Estados Unidos firmaron en 1951 (el cual dejó a Japón bajo la influencia militarista de América), durante su etapa universitaria, de la que el propio Oshima también formó parte a principios de los años cincuenta. Yuki había cortado con Akimoto y se había casado con un hombre mucho más mayor para procurarse una vida mucho más cómoda y segura. Su matrimonio fracasó y ahora se consuela con citarse a escondidas con Akimoto en hoteles (love hotels) de mala reputación. Por su parte, Akimoto, quien inicalmente había ejercido como pediatra, ahora realiza operaciones y abortos ilegales en una clínica destartalada. Al final del largometraje la misma Makoto se convertirá en una de sus pacientes.
Makoto y Kiyoshi son vistos de una forma ambivalente por Oshima. Aunque son los protagonistas del largometraje, no son los clásicos héroes y están lejos de representar los típicos rebeldes con causa. De hecho, Oshima, claramente, muestra la despreocupación de la pareja con lo que pasa a su alrededor. Incluso el amigo activista de Kyoshi, miembro del Zengakuren (asociación estudiantil de izquierdas) a quien ve participando en la manifestación, sólo se unió al movimiento para ligar con una chica. La rebelión de Makoto y Kiyoshi no está definida de una manera clara y se basa fundamentalmente en sexo, crimen y violencia. Su relación es casi masoquista. Makoto hace autostop por puro morbo. Kyoshi sólo se pone cachondo cuando viola a Makoto. Los dos héroes han sido corrompidos por una sociedad japonesa materialista que está experimentando su primer recobro económico tras el final de la guerra. El dinero es central en la extorsión a la que someten a viejos verdes (extorsión que al mismo tiempo los ponen a cien). De la misma manera Kyoshi se acuesta con una mujer de mediana edad por dinero. Cuando finalmente son detenidos por sus actividades ilegales, la amante paga la fianza de Kyoshi. Éste ha tenido que delatar al doctor Akimoto para ser liberado. Makoto le dice a su padre y hermana que solo había dicho a la policía que sentía mucho lo que había hecho para que la dejaran marchar. La patética situación de la pareja y el fracaso de su rebelión se pone de manifiesto en una escena donde tratan de huir en taxi de la amante de Kyoshi quien los está siguiendo en su coche. Incapaces de pagar por el viaje son rescatados precisamente por la amante quien paga la tarifa del taxi. El sistema es demasiado poderoso e inmutable algo que el mismo Oshima de hecho experimentó en su etapa universitaria.
CRUEL STORIES OF YOUTH no es película de visionado fácil. Oshima en todo momento trata de evitar que la audiencia tenga cualquier tipo de afinidad con ninguno de los personajes en la historia. El panorama político y social pasará desapercibido a aquellos que no tengan un conocimiento de este periodo histórico de Japón y sus repercusiones. Aún sin conocer en detalle el desarrollo político del Japón de mediados del siglo veinte, uno se puede dar de cuenta que el sexo (ha sido) es usado (será) como una arma de rebelión y de reto a las autoridades, no sólo en el trabajo de Oshima, pero en la historia de la humanidad. Y que mejor uso como instrumento de rebelión y provocación que la película con la Oshima es más conocido en el extranjero, su IMPERIO DE LOS SENTIDOS (título en japonés Ai No Corrida).
Otros de los aspectos que no pasarán desapercibidos a nivel técnico y narrativo son el uso de saltos en el tiempo, cámara en mano y uso de exteriores, utilizados por los miembros de la nueva ola francesa y adquiridos simultáneamente por la llamada nueva ola japonesa a la que Oshima pertenece. Oshima tambiée'n se rebela en contra del estilo practicado en los estudios Shochiku, o estilo Ofuna, para los que trabajaba, consistente, primordialmente, de planos medios, medios/cortos. Oshima crea efectos muy peculiares rodando planos cortos en el formato widescreen que tan de moda estaba por aquella época. Esta peculiar técnica, usada a la perfección en los Westerns de Sergio Leone en sus famosos duelos, resalta las miradas lujuriosas de la pareja protagonista así como su odio por el resto de los personajes.