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Distance

Año:
(2001)
Director:
Hirokazu Kore-eda
Intérpretes:
Susumu Terajima
Tadanobu Asano
Arata
Yui Tatsukawa
Yusuke Iseya
Kenichi Endo

Una profesora (Yui Natsukawa), un salariman (Susumu Terajima), un trabajador por su cuenta (Yusuke Iseya) y un estudiante (Arata) se reúnen el mismo día de cada año cerca de un lago en las montañas con motivo del suicidio de sus familiares (incluido su líder espiritual), miembros de un culto apocalíptico, hace justo 3 años después de haber envenenado el agua de una ciudad japonesa matando a 128 personas. En el camino de vuelta descubren el todoterreno en el que viajaban ha sido robado. Atrapados e incomunicados en mitad del bosque deciden pasar la noche, junto con un ex-miembro del culto (Tadanobu Asano) que se une al grupo, en la cabaña donde sus familiares convivieron antes del suicidio. Este pequeño incoveniente les dará la oportunidad de tratar descubrir más sobre lo que realmente sucedió con sus familiares y de paso conocer mejor a los demás miembros del culto.

Antes de nada, decir que la historia no está basada en ningún hecho real. Por supuesto, muchos han visto la película como una interpretación de lo sucedido con el caso real de los miembros del culto Aum Shinrikyo, quienes en marzo de 1995 esparcieron gas venenoso (sarin) en el metro de Tokio, matando a 12 personas e hiriendo a cientos.

Muchos han dicho vagamente y repetido hasta la saciedad que todas las películas de Kore-eda tienen que ver con el acto de guardar la memoria de un ser querido. Y hasta cierto punto esto es verdad, pero sus películas también bordan el tema de tratar de comprender las acciones cometidas por gente cercana a los protagonistas y la imposibilidad de éstos por llevar una vida normal debido a este agujero negro en sus vidas. Ésto es por ejemplo lo que le acontece a la protagonista de MABOROSI quien no llega a comprender el motivo del repentino suicidio de su marido en una relación que aparentemente era feliz. En AFTER LIFE los personajes, quienes han fallecido recientemente, permanecen en una especie de limbo (en la forma de una escuela derruida) y se les da la oportunidad de elegir un momento, una imagen o memoria de su vida para llevársela al más allá. Durante el proceso en el que rastrean su pasado, redescubren cosas acerca de ellos mismos y tratan de entender porqué siguieron ciertos caminos en vez de otros y analizar sus consecuencias.

En DISTANCE, los personajes no sólo rezan por las almas de sus familiares, sino que también se comen la cabeza por descubrir que es lo que les motivó unirse al culto y matar a gente inocente. Este estado de incertidumbre es esencial en los largometrajes del realizador, un estado de incertidumbre con el que tienen que convivir durante el resto de sus vidas. Es importante matizar que si los medios de comunicación japoneses sólo se concentraron en los miembros del culto y, más tarde, el famoso novelista Haruki Murakami pagó tributo a las víctimas, en su excelente libro de entrevistas con las mismas Underground, Kore-eda se concentra en las familias de los miembros del culto quienes a buen seguro viven estigmatizadas.

DISTANCE no será una película para todos los gustos debido a su peculiar manera en contar la historia de estos personajes y a buen seguro dividirá audiencias. Las opciones son claras: o te envuelves en el film o te desenganchas de él completamente. Yo me envolví con la mayor parte de la historia. La escena en la que Terajima confronta a su mujer y a su amante, quien de hecho es su mejor amigo, es alucinante (la cámara simplemente se mueve entre la pareja y Terajima grabando el desarrollo y clímax de la conversación que dura como diez minutos). Koreeda, documentalista antes de realizar trabajos de ficción, intenta fundir ambos estilos. Para mostrar el presente hace uso de técnicas características del estilo Dogma, con cámara al hombro, escenas filmadas en tiempo real, sin luz artificial y sonido directo, sin musicalizaciones especiales. Para el pasado, aunque la mayoría de las escenas son filmadas en una posición estática de la cámara, éstas se componen de tomas larguísimas y sin cortes, aparentemente improvisadas. De hecho me recuerdan al estilo de otro director japonés, tambie'n ex-documentalista, Suwa Nobuhiro. No obstante la interpretación no es del todo improvisada. Tadanobu Asano (quien de hecho ya había aparecido en MABOROSI, protagonizando al marido suicida) explica en una entrevista como se le fue dado el diálogo sólo para su personaje, o sea que no sabía lo que los otros contestarían. Este tipo de interpretación puede dar buenos resultados como en el caso de Terajima (excelente en todo momento) y no tan buenos como por ejemplo en el caso del mencionado Asano, un poco decepcionante.

Aunque utiliza recursos del documental, la función de DISTANCE no es del todo informativa. El film empieza con una breve introducción radiofónica de lo acontecido con el culto, pero la conexión entre los personajes no aparece hasta después de media hora. Muchas preguntas no se aclaran, las tomas larguísimas, en las que pocas cosas ocurren, funcionan más como un momento para imaginarnos lo que pasa por la cabeza de los personajes y entender sus sentimientos que para desarrollar una narrativa. Durante el viaje de regreso en el tren de los protagonistas me veía a mi mismo tratando de entender mi pasado y la incógnitas que encierra y así compartir sus problemas ante la incertidumbre y el misterio de la vida. Al final de la película, uno no está seguro si han descubierto algo más acerca de sus familiares, sus amigos o ellos mismos. Quizás, más preguntas que respuestas han emergido y la experiencia de pasar la noche juntos no asegura que ahora estén más unidos, como demuestra la toma final a la entrada de un metro donde se separan tomando direcciones diferentes, rodeados por un mar de viajeros. DISTANCE, eso sí, guarda una sorpresa final relaciona con el estudiante que la hace completamente devastadora.

DISTANCE fue estrenada el año pasado en el festival de Cannes donde pasó prácticamente desapercibida. Es posible que su tono más pesimista que el de AFTER LIFE contribuyera el poco interés mostrado por la audiencia y sus marcados recursos estilísticos hicieron que algunos críticos tacharan a DISTANCE de esnobismo. Pueda ser que las películas japonesas independientes ya no estén de moda. Si el año pasado en Cannes había ocho películas niponas en competición, este año no había ninguna (bueno, sólo una WOMEN IN THE MIRROR de Kifu Yoshida pero fuera de competición).

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©Joaquín da Silva, 2002