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Graveyard of Honour

Título original:
Jingi no Hakaba
Año:
(2002)
Director:
Takashi Miike
Intérpretes:
Goro Kishitani
Narimi Arimori
Ryosuke Miki
Shingo Yamashiro
Renji Ishibashi
Harumi Inoue
Daisuke Ryu
Yoshiyuki Daichi

Rikuo Ishimatsu (Goro Kishitani) trabaja de lavaplatos en un restaurante frecuentado por yakuzas. Cuando un mafioso (interpretado por el propio director Takashi Miike) irrumpe violentamente en el restaurante y se pone a disparar a diestro y siniestro, Ishimatsu tranquilamente se dirige hacia él y le golpea en la cabeza con un taburete, salvando así la vida del jefe del clan Sawada, Shinobu Sawada (Shingo Yamashiro). Como recompensa por su acción, Sawada ofrece a Ishimatsu un trabajo en su clan.

Más adelante, en un club de alterne, Ishimatsu conoce a Chieko (Narimi Arimori) a quien sigue a su casa y viola. Después de matar a un jefe yakuza rival por una deuda contraída en el casino de Sawada, Ishimatsu es encarcelado durante 5 años (antes de ingresar en la cárcel Ishimatsu se pasa por la casa de Chieko a la que viola de nuevo y deja algo de dinero). En prisión entabla amistad con Imamura (Ryosuke Miki), jefe del clan Giyou. Tras cumplir la sentencia sólo Chieko y Imamura lo esperan a la salida de la prisión.

La relación entre Ishimatsu y su clan siempre había sido inestable. Su carácter indisciplinado, volátil y autodestructivo sólo crea enemistades dentro del grupo. La caída en picado (y nunca mejor dicho dada la escena con la que finaliza el film que triplica el impacto del de la versión original de Kinji Fukasaku) de Ishimatsu se sella tras un malentendido entre Sawada y él cuando este último le pide un préstamo para ayudar a Chieko a abrir un bar. Ishimatsu primero rompe la cabeza a uno de los lugartenientes de Sawada, Denji Yukawa (Renji Ishibashi).

Más tarde, en otro momento de confusión, ocasionado por el carácter precipitado de Ishimatsu, éste hiere gravamente a Sawada de un disparo. Los días están contados para Ishimatsu quien, no contento con ocasionar problemas a su clan, también pone en peligro las vidas de sus seres más allegados: sus dos kyodai (hermanos yakuzas) apenas pueden hacer dinero por culpa del comportamiento de Ishimatsu, a Chieko la introduce en el mundo de la heroína e Imamura, el único amigo que le quedará, tampoco se libra de la maldición de Ishimatsu.

El director Takashi Miike y el guionista Shigenori Takechi unieron fuerzas de nuevo, tras su colaboración en AGITATOR, para actualizar la novela de Goro Fujita que ya había sido llevado a la pantalla por Kinji Fukasaku en 1975. Pero mientras que la versión de Fukasaku y la propia novela tienen como marco histórico el final de la Segunda Guerra Mundial, esta nueva versión sitúa a Ishimatsu justo al comienzo del periodo Heisei (nombre dado al reinado del emperador Akihito quien subió al trono en 1989), periodo que representa otro de los cambios radicales en la historia de Japón 1.

Aun cuando esta premisa es interesante y astuta, en mi opinión, no llega a alcanzar el mismo tipo de intensidad y relevancia que en el caso de la versión de Fukasaku y, al final, resulta poco más que un adorno. No obstante, Miike realiza un trabajo remarcable en una historia que, pese a su actualización, se me antoja un tanto obsoleta. A pesar de esto GRAVEYARD OF HONOUR está muy por encima del nivel de los yakuza eiga contemporáneos del v-cinema protagonizados por Ryu Haku, Riki Takeuchi o Show Aikawa. A diferencia de estos actors, Goro Kishitani ofrece una interpretación de alto voltaje, con un registro emocional amplio, algo que no suele ser la norma en las mencionadas películas de yakuzas. Por otro lado, y siguiendo con las comparaciones entre las dos versiones, la presencia de Chieko es también más intensa y su influencia en Ishikawa más marcada. Su violenta relación con Ishimatsu recibe un mayor enfoque por parte de Miike que el que Fukasaku le imprime en su versión, aunque para ser honestos Fukasaku nunca fue un direcor muy dado por momentos románticos. Tampoco podríamos describirla como una típica relación amorosa, sino más bien (como no, hablando de este realizador) masoquista pero que al mismo tiempo, y ésto es un gran atributo de GRAVEYARD OF HONOUR, también es trágica. Violación y luego la heroína son dos de los elementos que Ishimatsu utiliza, a la fuerza, para crear un vínculo entre él y Chieko y expresar su ¿amor? por ella.

Como ya he dicho anteriormente, si bien Takashi Miike no ha creado una obra maestra, al menos ha logrado ofrecer ciertos momentos de auténtica brillantez, llenos de pura tragedia, miseria, locura, patetismo y finalmente amor.

Spoilers


En una de estas escenas vemos a Ishimatsu, con un colocón de heroína tremendo, arrastrándose de espaldas por toda su casa, abriendo todo tipo de puertas y cajones, sacando pistolas de todos lados y disparándolas al techo. En otra escena, tras el chibatazo que el lugarteniente de Imamura (para evitar que Ishimatsu ponga en peligro la supervivencia del clan) dio a la policía del paradero de Ishimatsu, este último se encuentra rodeado por la policía, no obstante sale a la ventana semidesnudo y comienza a liarse a tiros con ésta.

Pero sin duda la más impactante y la que, a buen seguro, quedará grabada en la memoria de muchos ocurre tras su arresto por parte de la policía y su consiguiente fuga de la cárcel. Día tras día Ishimatsu ha ido guardando la leche que le dan en cada comida, la cual, completamente cortada, bebe para ser ingresado en el hospital. De allí logra escapar, sin embargo en un estado de continua diarrea. A trompicones se presenta en la casa de Imamura, al que cree responsable de su emboscada por parte de las fuerzas del orden donde también murió Chieko de una sobredosis. Su ascensión por la escalera se ve frenada por el continuo desalojo de mierda y pis en el que resbala varias veces. Es difícil reír ante tal escena. Describirla de impactante no sería suficiente. Aquí tenemos a un hombre, quien recientemente había perdido a su compañera sentimental, en un intento desesperado para acabar con la vida de su otro amigo a quien cree, erróneamente, como el responsable de su arresto.

Es una pena que Miike no consiga mantener este tipo de intensidad e inspiración durante toda el largometraje. Ciertamente su intento es sobresaliente.

Notas

  1. La muerte del emperador Hirohito significó el final de una era (Showa) marcada por la aventura expansionista japonesa de los años treinta, su participación en un conflicto bélico que representó, tras su derrota, la casi completa destrucción del país para luego resurgir de entres sus cenizas en los años sesenta y convertirse en la segunda potencial económica mundial. Por otro lado, con el inicio del periodo Heisei, Japón fue testigo del final de su milagro económico, comenzando una crisis de la que todavía no se ha recuperado, y de la conmoción social provocada por el ataque de gas en el metro de Tokio en 1995 por parte del culto religioso Aum Shinrikyo. Estos acontecimientos emplazan en un marco histórico muy preciso al personaje principal, un periodo histórico de incertidumbre y crisis, tan inestable como el estado mental de Ishikawa.
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    ©Joaquín da Silva Eiga , 2004