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House

Título original:
Hausu
Año:
(1977)
Director:
Nobuhiko Obayashi
Intérpretes:
Kimiko Ikegami
Kumiko Ohba
Yoko Minamida
Miki Jinbo
Yuko Daike
Ai Matsubara
Masayo Miyako
Eriko Tanaka
Saho Sasazawa
Kiyohiko Ozaki
Asei Kobayashi
Haruko Wanibuchi

Siete chicas de instituto ven sus vacaciones chafadas cuando su profesor (Kiyohiko Ozaki) tiene que cancelar el viaje que tenía planeado realizar con ellas. Las cosas marchan incluso algo peor para Oshare (Kimiko Ikegami), una de las chicas, ya que recientemente su padre le ha presentado su nueva madastra (Haruko Wanibuchi), lo que no le ha hecho demasiada gracia. Mirando un álbum de fotos, Oshare se encuentra con la foto de boda de su madre a quien se la ve acompañada de su hermana (Yoko Minamida) quien nunca llegó a casarse ya que su prometido murió en la guerra. Oshare se pone en contacto con su tía y ésta la invita a ella y a sus amigas a pasar las vacaciones en su mansión en el campo. Cuando el grupo de chicas se presentan en la mansión, allí las recibe la tía de Oshare en sillas de ruedas y medio ciega. Muy pronto las chicas descubren que la mansión tiene vida propia y, una a una, las chicas son devoradas por el mobiliario de la casa.

Para algunos críticos HOUSE representa el comienzo de un nuevo cine de terror japonés protagonizado por jóvenes adolecentes e influido considerablemente por el cine de terror occidental. Hasta cierto punto esto es verdad pero también habría que matizar que HOUSE se mantiene como un trabajo muy atípico, casi único, dentro del terror japonés (muchos incluso rechazarían la idea de incluir a HOUSE dentro del género de terror). La elección de adolescentes como víctimas se adelanta un poco a una de las principales características que compondrían la nueva era de cine de terror americano de finales de los setenta y principios de los ochenta con trabajos como Halloween, Viernes 13 o Pesadilla en Elm Street. No obstante, si hubiera que buscar un punto de comparación occidental yo me decantaría por Suspiria de Dario Argento, obra de culto en Japón, por sus similitudes en la elección de escenario donde se desarrolla la acción y la edad y el género de la mayoría de las víctimas. Por supuesto la esquelética sipnosis anterior llevaría a la suposición de que estamos ante un trabajo típico de casa embrujada con adolescentes descerebradas pero, afortunadamente, HOUSE es mucho más que eso.

Que yo recuerde no he visto ningún otro film de Nobuhiko Obayashi, director de HOUSE, su primer largometraje (su último trabajo, RIYUU [El motivo], se ha presentado en el festival internacional de cine de Tokio de este año), pero las opiniones que he escuchado comparten el mismo punto de que el cine de este director no acepta términos medios: o lo amas o lo odias. En este respecto HOUSE también dividirá a la audiencia interesada en el cine de terror japonés actual. No en vano su primera media hora tiene poco de cine de terror y mucho de drama juvenil y culebrón barato de sobremesa. Aquí, el guión es como poco soporífico utilizando buena parte de éste para explicar la relación entre Oshare y su padre, la historia de su tía y el viaje al campo. El director subraya este aspecto inicial de HOUSE con unos decorados cutres, como las paredes de la habitación de Oshare decoradas con papel de rosas gigantescas. La exagerada presentación de la nueva madre de Oshare es puro melodrama con la excepción de que Obayashi rueda la escena a través de varias ventanas de cristal opaco (como si uno estuviera mirando a través de la base de un vaso) que ocasionalmente distorsionan las figuras. El montaje enlocado compensa por lo ridículo del guión, así como la llamativa iluminación donde colores chillones, generalmente rojos y amarillos, predominan. De indescriptible se podría clasificar el montaje de ritmo endiablado del viaje al campo, psicodelia pura, cargado de técnicas como superimposiciones, el matting o el stop-motion, como por ejemplo la escena del accidente que sufre el profesor a la salida de su casa. El director utiliza toda la experiencia adquirida durante sus producciones de cortos experimentales en los sesenta y setenta (en 1963, por ejemplo, recibió, por su primera película de 16 mm titulada TABETA HITO [El hombre que comía], el premio del jurado en el festival internacional de cine experimental de Bélgica) y el resto de la película continua con esta montaña rusa visual que incluye escenas que mezclan imágenes reales con imágenes animadas e incluso efectos estroboscópicos, acentuada por unos decorados de exteriores de la mansión muy surrealistas que recuerdan un poco a los utilizados en KWAIDAN como en el de la historia LA MUJER DE LA NIEVE. Estos atributos visuales ayudan a digirir mucho mejor el diabólico guión, quizá escrito a propósito, que desarticulan cualquier tipo de simpatía que uno pudiera tener, cuando son devoradas por la casa, por este grupo de niñas pijas con nombres tan ridículos como Oshare (moda), Kung Fu, Fanta (como la bebida), Mac (como la compañía americana de comida basura), Sweet (dulce), Gari-ben (chapona) o Melody (melodía).

Por otro lado, la banda sonora compuesta por el grupo Godiego (pronunciado godaigo), no ha aguantado el paso del tiempo y muchas de las técnicas visuales parecen hoy en día demasiado primitivas. No obstante, éstas preservan su encanto y, en algunos momentos, convierten a este supuesto film de terror en un musical de tonos cómicos macabros como cuando Melody es devorada por el piano, uno de los momentos más divertidos e inspirados del largometraje. HOUSE también representa un buen compendio de la cultura japonesa del momento, con referencias paródicas muy breves de películas muy populares como las de las series de OTOKO WA TSURAI YO (Es duro ser un hombre, más conocidas como las series de TORA-SAN) o el EL CAMIONERO YARO (Torakku yaro, protagonizadas por Bunta Sugawara), películas de artes marciales como cuando Kung Fu (Miki Jinbo) protege al resto del grupo del ataque de la casa al ritmo de una tonadilla, reconocida inmediatamente por el público japonés de más de treinta, del grupo de pop Godiego . Curiosamente, este grupo realiza un pequeño cameo en la escena del alocado viaje al campo de las chicas. De la misma manera Asei Kobayashi, quien interpreta a un vendedor de sandías, y Kiyohiko Ozaki, el profesor de las chicas, son también dos músicos muy populares por aquella época.

Mucho se ha comentado sobre el posible significado de un grupo de vírgenes devoradas por una casa habitada por una dueña sexualmente insatisfecha a causa de la muerte prematura de su pretendiante. Aunque no explícito uno sólo puede asumir que estas chicas sean vírgenes ya que cursan estudios en un Chu-gakko (o instituto para estudiantes de edades comprendidas entre los 12 y 15 años) aunque las chicas aparentar tener más de veinte (posteriormente Obayashi realizaría más filmes, casi especializándose, con este tipo de personajes). Con respecto a HOUSE uno de los motivos del uso de adolescentes como protagonistas es obviamente comercial. Como he dicho anteriormente, Obayashi juega con diversos géneros y en la segunda parte se pueden percibir rasgos de cine erótico como en un par de desnudos inesperados de Oshare y Gari (curiosamente las dos destapándose debajo del agua) o cuando Kung Fu se despoja de su falda y camisa solo luciendo un top y unos pantalones cortísimos, que yo describiría como bragas, para ensalzar los saltos y las patadas que le pega al mobiliario de la casa.

En definitiva HOUSE es una película muy recomendable, ciertamente muy entretenida, por su imaginativo uso de efectos visuales, humor macabro y jugueteo con diversos géneros que la hacen única dentro de la historia del terror japonés.

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©Joaquín da Silva, 2004