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The Lower Depths

Título original:
Donzoko
Año:
(1953)
Director:
Akira Kurosawa
Intérpretes:
Toshiro Mifune
Kyoko Kagawa
Isuzo Yamada
Ganjiro Nakamura
Kamatari Fujiwara
Bokuzen Hidari

Con THE LOWER DEPTHS, Akira Kurosawa hace una fiel adaptación de la obra de teatro de Máximo Gorky, tomando sólo algunas libertades con el cambio de nombres de los personajes y el escenario (de la rusia imperial a la época Edo en Japón). Esta comedia se centra en las tribulaciones diarias de un grupo de vecinos de clase baja que conviven en una casa de huéspedes. Osugi (Isuzu Yamada), la casera riñe con Okayo (Kyoko Kagawa), su hermana, sobre el hombre que las dos desean, Sutekichi (Toshiro Mifune), el yakuza. Otros personajes de la residencia incluyen a un cura (Bokuzen Hidari), un ex-samurai (Minoru Chiaki), un actor (Kamatari Fujiwara) y un apostador (Koji Mitsui).

Si se trata de una comedia, la verdad es que me dejó bastante indiferente. THE LOWER DEPTHS no se aleja en ningún momento del espacio que habitan estos inquilinos y aunque Kurosawa, eso sí, hace uso de unas fantásticas composiciones visuales en este espacio tan reducido, es incapaz de despojar la película de un tono demasiado teatral.

De alguna manera THE LOWER DEPTHS es una comedia negra sobre la condición humana. Disfruté del final, muy cínico y divertido. A los inquilinos se les ve cantando y disfrutando el momento, cuando llegan noticias de que el actor acaba de colgarse de un árbol. El apostador, bastante enojado, sólo dice:"El imbécil, justo cuando la fiesta estaba comenzando" y así da por finalizado el film. Otro ejemplo, es el personaje interpretado por Mifune, enamorado de la cuñada del casero sólo para que ésta lo traicione y envíe a la cárcel.

La banda sonora, en particular, es asombrosa y muy original. Está compuesta enteramente de las voces de los personajes (quienes reproducen los sonidos de diversos instrumentos) con la ayuda de un tamboril. Estos números musicales quizá sean lo más entretenido de todo el largometraje.

Como ya he dicho anteriormente, Kurosawa nos muestra de nuevo el gran técnico que es. En un espacio tan restringido es capaz de crear composiciones interesantes para mover la narrativa hacia adelante. Sírvase como ejemplo su apertura. El film abre con un plano medio del jugador y el actor y el sonido de cacharros siendo martillados en el fondo por alguien a quien no podemos ver. Un corte de 180 grados nos muestra el hojalatero martillando sus ollas y por cada nuevo corte, más personajes, que hasta este momento se encontraban fuera del fotograma, son introducidos en la historia.

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©Joaquín da Silva, 2002