Título original:Osaka MonogatariAño:(1999)Director:Jun IchikawaIntérpretes:Kenji Sawada Yuko Tanaka Chizuru Ikewaki Kosuke Minamino |
Wakana (Chizuru Ikewaki) es una chica de 14 años, hija de un dúo cómico de mediana reputación. Su padre Ryusuke (interpretado por Kenji Sawada, protagonista de THE HAPPINESS OF THE KATAKURIS) le pone los cuernos a su madre Harumi (Yuko Tanaka) constantemente hasta que al final acaban divorciándose cuando Ryusuke deja embarazada a su amante pero, no obstante, continúan con su relación profesional. Sin embargo, Ryusuke empieza a beber asiduamente, cosa que va afectando su trabajo en el escenario. Esto hace que la popularidad del dúo sufra un deterioro. Un día el padre desaparece y Wakana decide ir en su busca. OSAKA STORY se divide en dos partes. En la primera vemos las dificultades, tanto profesionales como personales, por las que la familia atraviesa, hasta su ruptura final. La segunda parte se concentra en la búsqueda del padre por parte de Wakana. En el proceso la joven descubre más cosas acerca de él, así como de los habitantes más destituidos de Osaka. OSAKA STORY es un claro homenaje a la ciudad y a su tradición cómica, en especial el estilo de comedia manzai. |
En OSAKA STORY también se pueden encontrar muchas referencias a las películas de Yasujiro Ozu. El director Jun Ichikawa es un conocido admirador del cine de Ozu. Algunos de los anteriores trabajos de Ichikawa llevan títulos como TOKYO KYODAI (Hermanos de Tokio) o TOKYO YAKYOKU (Canción de Cuna de Tokio) en claro homenaje al clásico de Ozu, TOKYO MONOGATARI (Cuentos de Tokio). La elección del título OSAKA STORY tampoco es una coincidencia. El uso de ciertos temas visuales como trenes, ropa colgando en tendederos, o el uso de bromas como pedos son muy recurrentes en los filmes del gran director japonés. Pero la semejanza más obvia es el estilo del largometraje: su falta de dramatismo y de una interpretación exagerada. Escenas como la del accidente de tráfico del padre y su muerte un mes después aparecen de una forma natural, sin caer en el melodrama fácil, ofreciendo un punto de vista objetivo sobre la vida familiar.
También se podría añadir que OSAKA STORY evita el sobreuso de trucos muy comunes en cine para tratar de manipular y explotar la respuesta emocional de la audiencia ante tales situaciones. De esta manera, tras una búsqueda exhaustiva, Wakana es informada de que su padre se encuentra en el hospital. Toda la familia lo visita y durante un momento, da la sensación de que la familia está reunida de nuevo cuando, de repente, la narración en voz en off de Wakana nos comunica que un mes más tarde su padre había fallecido. Las expectativas por ver un final feliz no se cumplen ni Ichikawa utiliza el inesperado desenlace para hacernos llorar. La acción se desenvuelve de una forma muy sutil, discreta y honesta. Ichikawa parece que nos estea diciendo que así es la vida y así es como tenemos que aceptarla, lo cual es pura esencia Ozu. Esta escena de hecho tiene muchas semejanzas con una en TOKYO MONOGATARI donde la madre muere tras su regreso del viaje a la capital. Con anterioridad a ésto, sólo había habido una pequeña sugerencia a la delicada condición de la madre durante su estancia en el balneario. De vuelta a su ciudad natal, cuando la historia se vuelve a concentrar en la pareja de ancianos, la madre ya había caído enferma y con sólo unas horas más de vida.
Una de las características más importantes que hacen de este largometraje una experiencia inolvidable es su éxito en combinar situaciones cómicas con otras más desagradables y tristes. Después de la muerte del Ryusuke, su hijo Ichiro le dice al agente de la pareja, quien está enamorado de la madre, que ahora es su mejor oportunidad, ya que la madre se encuentra muy sola. En otra secuencia, Ryusuke colapsa en el escenario debido a sus problemas con la bebida. Ryusuke le confiesa a Harumi que siempre la ha seguido a donde ha ido (de hecho dice que siempre ha ido detrás de su culo) y ha hecho todo lo que ha dicho pero ahora ella ha cogido su propio camino y ha ido muy lejos donde no puede continuar siguiendo su culo. Ésta le pregunta donde ha ido su culo y él le responde que ha ido pedorreando en la distancia. Otro ejemplo ocurre durante la triste separación de los padres. El padre se casa con su amante y se muda a sólo unas puertas de distancia de donde viven su ex-mujer e hijos.
Otra aspecto muy positivo en OSAKA STORY es la excelente interpretación de los actores principales. Una de las preguntas que el film hace es si están actuando o simplemente están siendo ellos mismos. La respuesta es un poco de todo ya que Kenji Sawada y Yuko Tanaka son pareja en la vida real. También hacen aparición en la cinta comediantes manzai reales. OSAKA STORY juega con el estilo documental, lo que le da una interesante yuxtaposición entre lo real y ficticio. En una escena divertidísima que se desarrolla en un centro comercial vemos a la pareja atizándose con las bolsas de la compra ante la mirada de asombro de los transeúntes, sin sospechar que éstos últimos están siendo filmados.
En la segunda parte de la película, Wakana se encuentra con un antiguo compañero de clase, Toru (Kosuke Minamino), quien había sido expulsado del colegio por amenazar a un profesor. Su relación progresa de una forma interesante. Aunque están enamorados no llegan a besarse. Juntos, Wakana oirá historias estimulantes acerca de su padre y visitará las partes más pobres de Osaka y la gente que las habita. Toru comparte una especie de chabola con un viejo quien usa un megáfono para comunicarse con otra gente y una joven camarera y madre de un hijo quien sueña con reunir suficiente dinero para abrir un kiosco. Wakana y Toru deciden vivir por su cuenta ocupando un cobertizo en el puerto hasta que los dueños los echan a patadas. Entre los dos deciden timar a salariman usando a Wakana como cebo para atraerlos a una callejuela donde Toru les dará una paliza y robará su dinero.
Toru se encuentra perseguido por una banda rival y en una de estas persecuciones, Toru y Wakana roban una bicicleta para huir. En este momento Ichikawa ve la oportunidad para cambiar el ritmo de la historia. El montaje se vuelve más rápido, la música más alta. Durante la secuencia de la persecución, Ichikawa nos ofrece pequeños detalles de las condiciones de vida de la clase trabajadora, anciana y parada de la ciudad. Vemos filas y filas de casitas hechas de cartón debajo de puentes o a la orilla del río, ocupadas por los herederos del colapso de la burbuja económica. Toru, por su parte, parece un eterno fuera de lugar. Expulsado del sistema educativo, perseguido por las fuerzas del orden, aunque éstos de hecho están buscando a Wakana para informarle del accidente de su padre, y las fuerzas del hampa. Atrapados en un puente, la policía en un lado y la banda de mafiosos en el otro, sin ningún tipo de ceremonias Toru se sube a la barandilla y salta del puente mientras le dice adiós a Wakana.
Durante la búsqueda, Wakana visita toda la gente que ha escrito cartas y postales a su padre. A través de estas personas Wakana descubre que uno de los motivos por los que se marchó de casa fue por que Wakana había admitido que su padre era un fracaso cuando éste le había preguntado su opinión. Después de haber hablado con toda esta gente (comediantes en la vida real), Wakana se da de cuenta de que su padre no era un fracaso, sino que de hecho ayudó a muchos de ellos y, lo que es más, también les hizo reír. De la misma manera Toru admite que su padre debe de ser una persona muy graciosa.
El periodo vacacional para Wakana ha sido uno de continuo aprendizaje sobre amor, traición, muerte, sentimientos de culpabilidad y el descubrimiento del pasado de su padre. Ahora Wakana debe ingresar en el instituto. En estos dos meses ha crecido y ha tomado decisiones cuando adultos han preferido evitarlas como la mencionada búsqueda de su padre o estar al cuidado, con la ayuda de su hermano pequeño, del bebé de la nueva esposa de su padre. Ahora Wakana se pregunta que hará en el futuro. Pronto cumplirá 15 años, es hora de tomar decisiones, dice al final de OSAKA STORY y así ésta termina pero para Wakana es el comienzo de su vida como adulto.
OSAKA STORY representa un trabajo excepcional de uno de los directores más interesantes y más olvidados del panorama japonés, así como el primer trabajo de este director, nacido en Tokio, que no se desarrolla en la capital japonesa.