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Punishment Room

Título original:
Shokei no Heya
Año:
(1956)
Director:
Kon Ichikawa
Intérpretes:
Hiroshi Kawaguchi
Ayako Wakao
Seiji Miyaguchi
Teruko Kishi
Nobuo Nakamura

Katsumi (Hiroshi Kawaguchi) es un joven universitario rebelde. Entre él y su amigo Takejima planean sacar dinero organizando bailes en la escuela. Con el propósito de conseguir suficiente dinero para alquilar una sala y una banda de música, se presentan en el banco donde el padre de Katsumi, Hanya Shimada (Seiji Miyaguchi), trabaja para cobrar un cheque a nombre del padre de Takejima. Hanya, un poco receloso al principio, acaba aceptando el cheque y da la bienvenida a Takejima como nuevo cliente del banco. Katsumi, al mismo tiempo que se regocija en esta victoria moral sobre su padre, desprecia la actitud servicial de éste ante su amigo. Tras la victoria de su equipo universitario de béisbol, Katsumi, Takejima y otro amigo invitan a dos de sus compañeras de clase a tomar unas cervezas. Una de ellas es la inteligente Akiko (Ayako Wakao). Katsumi y Takejima deciden drogarlas y llevarlas al piso de éste último. Katsumi, convencido de que Akiko no acudirá a la policía en busca de ayuda, la viola. Akiko, por su parte, acaba enamorándose de Katsumi pero éste la rechaza sin compasión.

Takejima, quien poco a poco, se ha ido distanciado de la violenta y rebelde actitud de Katsumi, se ha convertido en un exitoso hombre de negocios, organizando fiestas para estudiantes universitarios. Katsumi, más decepcionado que envidioso del éxito de su amigo, decide traicionarlo. Al final de la película, Katsumi será castigado en la habitación del título a manos de la persona menos esperada.

PUNISHMENT ROOM es otro buen ejemplo de la habilidad de Kon Ichikawa para crear polémica. Si BATTLE ROYALE de Kinji Fukasaku, recientemente provocó un revuelo tremendo en el parlamento japonés, donde algunos diputados exigían su prohibición para ser exhibida, PUNISHMENT ROOM hacía lo suyo en el verano de 1956, recordado ahora como el verano Taiyozoku (Tribus del Sol), término creado a partir de las primeras novelas del escritor Shintaro Ishihara (ahora gobernador de Tokio), para describir una cultura de jóvenes rebeldes. En 1955 Ishihara había escrito su primera novela Taiyo no Kisetsu (Estación del Sol), cuando todavía era un estudiante universitario. Esta fue pronto llevada a la pantalla por la productora Nikkatsu, pero fue PUNISHMENT ROOM, producida por Daei al año siguiente, la que montó el follón. Asociaciones de padres, profesores y amas de casa solicitaban su prohibición. Muchos estaban preocupados por la escena de la violación, la cual aunque no muy explícita, sería muy fácil de imitar por otros jóvenes. Fácil de imitar en un principio, ya que la ironía con la que Ichikawa adorna la escena no tiene desperdicio. El plan inicial de los chicos era emborracharlas a cervezas, sin darse de cuenta de que las chicas beben como cosacos y el revolcón les está saliendo muy caro, de hecho uno de los estudiantes es el primero en caer al suelo. Más tarde, una vez que las chicas son drogadas, tienen que acarrear con ellas diez pisos, ya que el ascensor del bloque de apartamentos donde Takejima vive, se encuentra averiado. La violencia entre bandas rivales de jóvenes universitarios, también fue criticada, sobre todo cuando estos jóvenes representan la futura élite, tanto política como económica, de Japón. Pero más impactante sin duda es el puñetazo que Hiroshi le propina a su profesor, algo impensable en aquella época, una total afrenta a tal figura autoritaria.

La perspectiva que Ichikawa nos ofrece de la rebelión de los jóvenes es compleja. El desprecio de Katsumi por el hipócrita de su profesor es justificable (las lecciones que éste da se contradicen con los sobornos que acepta). Pero aun cuando sus padres llevan una vida miserable, de constante sufrimiento y con una actitud derrotista (algo común en esta generación de posguerra), Hiroshi es incapaz de ver el esfuerzo que aquéllos han realizado. Su madre, en particular, recibe las iras tanto del padre como del hijo. Hiroshi la manda a paseo constantemente, a pesar de que ésta siempre está dispuesta a interceder entre su padre y él. La rebeldía de Hiroshi no va más allá de pegarse con otras bandas, hacer dinero, beber, ligar y divertirse. Por supuesto es una rebeldía contra el sentido de obligación y responsabilidad (hacia la sociedad japonesa) de sus padres. No es una rebeldía constructiva, sino más bien nihilista.

El escándalo inicial que provocó el estreno de PUNISHMENT ROOM ha perdido algo de fuerza en las décadas posteriores. Algunos momentos desconcertantes todavía se mantienen, especialmente en la primera media hora, en escenas coma la de la violación, la discusión entre Hiroshi y sus padres y la pelea en una sala de billar entre bandas rivales juveniles, o como el final de la película donde Hiroshi es torturado por una banda rival (donde uno de sus miembros es el hermano de Ayako en busca de venganza) y finalmente apuñalado por Ayako.

Como en casi todas sus películas, Ichikawa, da buena muestra de su precisa fotografía. Muy impresionante es la escena final en la habitación del castigo. El brillo del sudor en las frentes de los personajes, el polvo que se levanta durante la refriega, las reducidas dimensiones de la habitación y los tonos, muy contrastados, de la fotografía en blanco y negro, le dan un calidad de cine negro. La toma final en la que vemos a Hiroshi, arrastrándose por el suelo de una oscura callejuela a la salida de la habitación, en dirección a la luz proveniente de la calle principal, es un final dramático perfecto.

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©Joaquín da Silva, 2002