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Akumu Tantei


Título en inglés:
Nightmare Detective
Año:
(2006)
Director:
Shinya Tsukamoto
Intérpretes:
Ryuhei Matsuda
Hitomi
Shinya Tsukamoto
Ren Osugi
Masanobu Ando
Yoshio Harada

La detective Keiko Kirishima (interpretada por la cantante de pop Hitomi) es una miembra del cuerpo de élite del departamento de criminología de la policía metropolitana de Tokio quien cambia de sección para hacer trabajo de calle en el departamento de homicidios. Inmediatamente se pone a trabajar en dos casos de posibles suicidios. El primero tiene como víctima a una joven hallada degollada y con diversos cortes en el cuerpo en su habitación que se encontraba cerrada con llave. El segundo tiene como víctima a un salariman orondo quien mientras duerme se apuñala el cuello con un cutter ante la mirada atónita de su mujer. El detective Sekiya (Ren Osugi) descarta cualquier posibilidad de homicidio y declara los dos casos como suicidios. Kirishima no está demasiado convencida y mucho menos cuando se descubre una conexión entre las dos víctimas quienes habían realizado su última llamada al mismo número de móvil listado con el nombre de Cero (Shinya Tsukamoto) quien pudiera haber provocado los suicidios. Kirishima con la ayuda de su otro compañero, el detective Wakayama (Masanobu Ando), tratan de conseguir la asistencia de Kyoichi Kagenuma (Ryuhei Matsuda), el detective de las pesadillas del título, un joven con poderes paranormales capaz de introducirse en los sueños de la gente.

Con AKUMU TANTEI, Shinya Tsukamoto nos presenta con su largometraje más gráfico, explícito, visceral, sanguinario y, sobre todo, terrorífico. Partiendo de una premisa que hará las delicias de los aficionados occidentales del cine de terror japonés (La productora Weinstein ya ha comprado los derechos para su remake en inglés) Tsukamoto ha realizado uno de los mejores trabajos del género en muchos años. Un trabajo que por su violencia gráfica y abundantes chorros de sangre, la preferencia del director por escenas de cámara al hombro con planos desde el punto de vista marcados por sacudidas epilépticas y la música atronadora de Chu Ishikawa dejará mareado y con ganas de vomitar a más de uno. Como si de la colonia Brummel se tratara ("En las distancias cortas es donde una colonia se la juega") Tsukamoto juega con las distancias cortas y utiliza espacios claustrofóbicos y primeros planos con gran efecto para colocar a un servidor al borde del asiento. Aun en espacios abiertos el director mezcla planos cortísimos con largos, aunque normalmente todos con cámara al hombre y desde el punto de vista de los personajes, con un resultado impactante. La persecución, por ejemplo, a la que se ve sometida el detective Wakayama es de auténtico infarto.

Tengo mis dudas sobre la elección de Hitomi para el papel principal. En general no soy un gran aficionado de estrellas del J-pop dando el salto a la gran pantalla. La chica no lo hace del todo mal pero sus limitaciones interpretativas son aparentes, sobre todo en su lenguaje corporal. Supongo que a Tsukamoto le va ese tipo de mujeres sexy marcando figura con minifaldas ajustadísimas. Ciertamente la relación a través del móvil que se crea entre ella y el misterioso Cero se parece, salvando las diferencias, a aquella en A SNAKE OF JUNE. En los dos largometrajes los personajes interpretados por el propio Tsukamoto someten a las dos mujeres a un implacable tormento psicológico a través del keitai. Ryuhei Matsuda, cada vez más parecido a su padre sobre todo en su voz, construye un personaje más interesante, un personaje atormentado por su propios poderes y por la ¿habilidad? de leer los pensamientos de la gente. Una de las frases más memorables de todo el largometraje es cuando, tras haber sido visitado por los detectives Kirishima y Wakayama quienes solicitan su ayuda para resolver los casos, exclama, ya sólo en su cuarto y en un tono casi infantil "¡Yada, Yada, Yada!" (que podría ser traducido como ¡No quiero! o ¡Qué miedo!), un sentimiento que no será difícil de compartir una vez que nos adentramos más y más en la narrativa del filme.

Como Rinko (Asuka Kurosawa) en A SNAKE OF JUNE, Kirishima vive en un piso ultramoderno, cien por cien aluminio, pero al que le falta calor humano. Esta vivienda contrasta enormemente con la que ocupa Kagenuma. Aunque también de aspecto frío, Kagenuma vive en una casa antigua con una fachada devorada por la hiedra y con interiores de madera y suelos de tamami. A Kirishima se la puede ver muchas veces fotografiada entre rascacielos (subrayando la obsesión/repelencia que el director ha mostrado desde TETSUO por el paisaje urbano de su ciudad natal), representado el máximo ejemplo de mujer de negocios ultramoderna mientras que a Kagenuma se le ve luciendo una capa encapuchada que le da un aspecto anacrónico. Por su parte Tsukamoto nos deleita una vez más con una interpretación extremadamente diabólica.

Tsukamoto utiliza convenientemente el deseo de suicidio, unas de las lacras sociales del Japón contemporáneo, de muchos de los personajes de la historia y hace referencia a los llamados pactos de la muerte. A pesar de ello, y como ya he dicho en varias ocasiones, uno de los problemas más evidentes del director es la concepción de sus guiones. Los fallos en la narrativa, su resolución un tanto simplista y poco convicente se ve de todas maneras aliviada por una avalanche de imágenes inolvidables.

Con toda seguridad AKUMU TANTEI ya es una de la joyas del panorama del cine japonés del 2007.

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©Joaquín da Silva
Fecha de Publicación: 22/01/2007