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Yukiyukite Shingun1

Título en inglés:
The Emperor's Naked Army Marches On
Año:
(1987)
Director:
Kazuo Hara

YUKIYUKITE SHINGUN (conocida en occidente con el título en inglés de The Emperor's Naked Army Marches On) tiene como protagonista principal a Kenzo Okuzaki (Actualización: Kenzo Okuzaki murió dos meses después de haber publicado esta reseña, concretamente el 16 de junio), propietario de un taller mecánico en la ciudad de Kobe. Okuzaki sirvió como soldado en el 36 cuerpo de ingeniería durante la guerra del pacífico en el frente de Nueva Guinea. Okuzaki ha sido clasificado por muchos como uno de los personajes más carismáticos de la historia del cine japonés, algo que no sería difícil de imaginar dada su colorida biografía. Desde finales de la década de los 50, Okazaki ha intentado culpar al emperador de todas las penurias por las cuales pasaron los soldados del ejército imperial, después de todo los soldados habían sido indoctrinados para servir y morir por el emperador.

En 1956, Okuzaki asesinó a un agente inmobiliario por motivos que no se llegan a esclarecer en el documental, sirviendo una sentencia de 10 años en la cárcel. En 1969, Okuzaki protagonizó uno de los sucesos más curiosos de la historia japonesa contemporánea, cuando lanzó bolas metálicas, usadas en las salas de juego de pachinko, al emperador, en frente del palacio imperial, lo que le valió una sentencia de 18 meses en prisión. Más tarde, en 1976, Okazaki distribuyó caricaturas pornográficas del emperador y, como consecuencia, fue encarcelado durante otros 14 meses. No sólo eso, sino que en 1981 planeó un intento de asesinato del ex-primer ministro Kakuei Tanaka (1972-74).

El gran documentalista Kazuo Hara sigue la cruzada de Okuzaki por descubrir la verdad sobre la ejecución de dos de sus compañeros de batallón, los soldados Yoshizawa y Nomura, 23 días después del final del conflicto. En sus pesquisas, Okazaki no sólo obtendrá la confesión del responsable en cumplir con la orden de la ejecución, quien al mismo tiempo también fue el encargado de dirigir el pelotón de fusilamiento, sino que obtendrá una información aterradora sobre actos de canibalismo por parte de las tropas japonesas estacionadas en Nueva Guinea. A lo largo de todo el documental, Okuzaki luchará por romper con uno de los grandes tabúes de la sociedad japonesa, criticar la figura del emperador, al que ve responsable por el sufrimiento padecido por las tropas japonesas durante la segunda guerra mundial.

Kazuo Hara firmando mi copia del libro sobre el documental

YUKIYUKITE SHINGUN es una obra fundamental, casi esencial, en la historia del documental japonés, obra que aun así no se libra de tener bastantes críticos. La producción del documental en sí fue bastante accidentada. En un principio Okuzaki, a finales de los 70, había contactado con el realizador Shohei Imamura para producir un documental sobre su vida para la televisión. Imamura al final decidió que el material era demasiado controvertido para ser emitido por televisión y pasó el proyecto a Kazuo Hara, quien había sido su ayudante de cámara en los largometrajes VENGEANCE IS MINE y EIJANAIKA. El rodaje del documental tuvo lugar entre 1982 y 1983. En marzo de 1983, Okazaki, Hara y su asistente de dirección Yasuoka Takuchi viajaron a Nueva Guinea para rodar una escenas claves para el documental, pero todo el material rodado fue incautado por la policía indonesa, material que Hara todavía no ha recuperado. En diciembre de ese mismo año, Okuzaki fue detenido por participar en un tiroteo. Consternado, Hara no abordó el montaje del documental hasta 1986. Su estreno el año siguiente fue, como es de suponer, todo un bombazo, a pesar de que las principales distribuidoras como Iwanami, Shochiku, Toho o Seibu rechazaron la oferta de exhibirla en sus cines por miedo a represalias por parte de miembros ultraderechistas. Finalmente, YUKIYUKITE SHINGUN recibió su estreno en agosto de ese año en la pequeña sala de cine de Tokio Eurospace. El boca a boca hizo que permaneciera en cartelera durante 3 meses con gente abarrotando hasta los pasillos de la sala durante todas las proyecciones del documental. Más tarde, su exhibición en diversas ciudades del país y su posterior lanzamiento en vídeo ayudarían a alcanzar una audiencia total del millón de personas. Para ofrecer un ejemplo claro de la popularidad del documental por aquel entonces se la podría comparar al éxito que recientemente ha obtenido Fahrenheit 7/11 en los Estados Unidos.

El documental contiene un punto problemático: el propio Okuzaki. Okuzaki no pinta como el clásico héroe no sólo por su aspecto físico sino por su personalidad y su manera de actuar. Si bien uno podría simpatizar con la cruzada de Okuzaki por descubrir la verdad sobre lo ocurrido a los soldados Yoshizawa y Nomura, algunos críticos han tachado los métodos, tales como la violencia y el engaño ya que en varias ocasiones Okuzaki hace pasar a su mujer y a varios amigos por parientes de los soldados ejecutados, que Okuzaki utiliza como bastante cuestionables y han visto estos métodos y el fanatismo del ex-soldado como reminiscentes del periodo de la segunda guerra mundial. Okuzaki recurre a la violencia en varias ocasiones. Al final del documental Okuzaki incluso dice que "si el resultado es bueno, el uso de la violencia está justificado. Mientras viva haré uso de la violencia si produce buenos resultados para mí y para la humanidad. Tampoco nos olvidemos que Okuzaki había servido con anterioridad una sentencia en la cárcel por asesinar a un agente inmobiliario. Hara, aunque menciona tal hecho al principio del documental en unos títulos de crédito lo hace casi como de pasada, quizá por miedo a no alienar aún más a la audiencia, cuya confianza en el héroe pudiera erosionarse un poco más. De hecho, Hara, en ningún momento del documental, cuestiona las acciones de su héroe, no interviene cuando Okazaki agrede a los ex-sargentos Yukio Seo y Kichitaro Yamada. El realizador sí que menciona en unos títulos de crédito al final del documental, como Okuzaki había sido arrestado por intentar asesinar al ex-capitán Masao Koshimizu, líder del pelotón de fusilamiento, al final hiriendo gravamente al hijo de este último. Hara ha confesado como varios miembros del equipo técnico habían dejado la producción a causa del carácter de Okuzaki y como al mismo Hara no le caía demasiado bien. Hara continua diciendo como Okuzaki era un completo caos y que si bien en el documental Okuzaki suena bastante coherente sólo se debe a un buen montaje por parte del director. En una charla reciente con el director, Hara me comentaba como Okuzaki todavía sigue vivo, aunque su salud ha deteriorado bastante.

Okuzaki ha sido descrito como un absolutista moral, el documental tachado de irresponsable al mismo tiempo que prevente explorar el grado de responsabilidad del emperador y oficiales durante la guerra. El propio Hara ha sido acusado de servir de catalismo para llevar al límite a un individuo, claramente obsesivo e impredicible, y convertirlo en un fanático peligroso. Dejando a un lado estas críticas, algunas de ellas no más que meros prejuicios moralistas de tendencia conservadora, cargadas con una hipócrita noción de lo que políticamente correcto, es un documento esencial de una época de la que muchos prefieren no hablar, incluso después de pasados 60 años. Sobre todo cuando Japón espera un año bastante movido con respecto a la modificación de varios artículos e inclusión de otros tantos en su constitución.

Por ejemplo, varios miembros del partido en el poder han presentado varias propuestas en las que se pide redefinir las fuerzas de autodefensa (Jieitai) como fuerzas de defensa y permitirlas participar en operaciones de ayuda humanitaria y mantener la paz y seguridad mundial siempre dentro del marco impuesto por las Naciones Unidas, lo que no es sino un paso más en convertirlas en un ejército en toda regla, lo que no se encuentra muy lejos de violar el famoso article 9 de la constitución que dice "los ciudadanos japoneses renuncian para siempre a la guerra como un derecho soberano de la nación ... y el uso de la fuerza como medio para resolver dispustas internacionales. Otras artículos que han sido propuestos para ser incluidos en la constitución hacen referencia a "la restricción legal o la prohibición de la publicación y venta de libros que tengan un detrimiento en la educación de la gente joven" (al parecer refiriéndose a publicaciones y material audovisual de carácter obsceno, pero el artículo en sí es bastante vago). En otra propuesta, estos parlamentarios sugieren que "deberían de haber restricciones en la formación de asociaciones cuyo objetivo sea dañar gravemente el estado o el orden social". Más adelante, el documento pone de relieve "las obligaciones del ciudadano para defender su país, proteger su familia... aun cuando esto conlleve la restricción de libertades indivuales". Shinzo Abe, vicesecretario general del Partido Democrático Liberal (jiminto) ha dicho que el término patriotismo debería estar claramente expuesto en la revisión de la ley fundamental de educación, sosteniendo que "sólo es natural que una persona que es educada en Japón ame a su país, ¿por qué no podemos tranformar (este razonamiento) en una ley?". Y la pregunta es ¿qué pasaría con el documental YUKIYUKITE SHINGUN y otros documentales que aborden este tipo de temas o con personas como Okazaki si estas revisiones y addiciones en la constitución se llevaran a cabo?. Algunos políticos podrían sugerir que el documental tiene un detrimiento en la educación de la gente joven, o que las manifestaciones de Okazaki en contra del emperador dañan el orden social.

YUKIYUKITE SHINGUN contiene varias escenas de suma importancia para esclarecer un poco más uno de los episodios más oscuros de la tragedia en la guerra del pacífico. La primera de ellas cuando Okuzaki, Rinko Sakimoto (hermana del soldado ejecutado Yoshizawa) y Toshira Nomura (hermano del soldado ejecutado Jinpei Nomura) entrevistan al ex-médico Masaichi Hamaguchi, quien proporciona el testimonio más dramático y aterrador del documental. Hamaguchi admite que tuvieron que recurrir al canibalismo (el tema del canibalismo entre las tropas japonesas había sido explorado anteriormente en los largometrajes Nobi, título en inglés Fire On the Plain, de Kon Ichikawa y GUNKI NI HATAMEKU MOTO NI, título en inglés Under The Flag Of The Rising Sun, de Kinji Fukasaku) de soldados aliados y gente nativa para sobrevivir. Hamaguchi explica que si robaban los cerdos de la gente local ésta los lincharían a muerte. De todas maneras, algunos rechazaban comer carne de americanos (al principio las ejecuciones de los soldados se produjeron por deserción pero más adelante se da a entender que fueron fusilados para encubrir sus actos de canibalismo de hombres blancos o shiro buta, cerdo blanco) temiendo las represalías de estos últimos ya que la derrota de las tropas japonesas era inminente. Hamaguchi describe como la carne humana se la denominaba substituto de cerdo y que ésta se clasificaba en shiro buta (cerdo blanco, refiriéndose a las tropas aliadas) y kuro buta, (cerdo negro refiriéndose a los nativos) y como se comían las partes más grasas como las nalgas o los muslos. Hamaguchi, sin embargo, niega que los soldados Yoshizawa y Nomura fueran comidos.

En otra escena, Okuzaki confronta al ex-capitán Masao Koshimizu, el hombre que autorizó la ejecución de los dos soldados, hecho que admite. No obstante, Koshimizu friamente niega cualquier tipo de culpabilidad, remordimiento o vergüenza por lo cometido y afirma que sólo estaba cumpliendo las órdenes de sus oficiales superiores y que, de todas maneras, no estuvo presente cuando el fusilamiento tuvo lugar. Sin embargo, en la siguiente escena, cuando Okuzaki entrevista por segunda vez a Yukio Seo, este último admite su participación en el fusilamiento de los soldados. "La muerte debe ser instantánea", explica, "yo apunté al corazón de uno de ellos pero no murieron instantáneamente. Koshimizu los remató con su pistola para que no sufrieran".

La última escena en comentar ocurre al principio del documental. Para celebrar el cumpleaños del emperador Hirohito, Okazaki decide manifestarse por las calles de Tokio con su furgoneta llena de pintadas con eslóganes como Muerte a Kakuei Tanaka, una bandera japonesa con el sol rojo en un fondo negro y Okuzaki gritando diatribas en contra del emperador por los altavoces. En una toma elevada, quizá tomada desde un edificio, vemos a la furgoneta de Okazaki, quien permanece encerrado en ella arremetiendo contra todo el mundo a través de los altavoces, rodeada por la policía y al mismo tiempo observamos pasar una furgoneta negra, típicas de las usadas por los Uyoku Dantai (grupos ultraderechistas de carácter violento y con fuertes conexiones con la yakuza y muy influyentes, sobre todo, en silenciar cualquier tipo de debate relacionado con la figura del emperador, recurriendo en muchos casos al uso de la violencia y la amenaza), tocando marchas militaristas a un nivel ensordecedor y alabando las vírtudes del emperador a su libre antojo. En esta imagen tan simple vemos lo que es aceptable y lo que no es para las fuerzas del orden y la clase política.

Personalmente pienso que uno de los aspectos negativos del documental es que la cruzada de Okuzaki sólo se concentra en los crímenes cometidos hacia los soldados japoneses por sus superiores, ignorando, de esta manera, la responsibilidad de estas tropas por las atrocidades cometidas en Asia y Oceanía.

Notas

  1. Como la versión que he visto del documental era en japonés y sin ningún tipo de subtítulos, he hecho uso del libro que Jeffrey Ruoff y Kenneth Ruoff escribieron sobre el mismo para citar partes del diálogo o con referencia a su producción. Sin embargo, el realizador Kazuo Hara me confesaba en una conversación informal después de la proyección de su último trabajo, MATA NO HI NO CHIKA, como el libro contiene varios errores, entre ellos el coste final de la producción del documental, debido a problemas de entendimiento con los traductores durante varias entrevistas que Jeffrey Ruoff mantuvo con Hara. Como dato anécdotico, Hara no sabía que se hubiera publicado un libro en inglés sobre su documental y se mostró muy curioso con mi copia que él mismo firmó. Para los interesados, se encuentra publicada en la página del propio Jeffrey Ruoff una de sus entrevistas con Kazuo Hara. volver

Notas

Japan Times: Abe says patriotism should be stated in education law (inglés)

Japan Times: Clampdown on freedom eyed in LDP's Constitution (inglés)

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©Joaquín da Silva
Fecha de Publicación: 06/04/2005