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Whiteout

Año:
2000
Director:
Setsuro Wakamatsu
Intérpretes:
Yuji Oda
Nanako Matsushima
Sato Koichi
Katsuo Nakamura
Ken Ishiguro
Satoshi Hashimoto

Togashi (Yuji Oda) es un técnico de mantenimiento en el embalse de Okutowa en la prefectura de Niigata, así como un experto alpinista. Durante una tormenta, Togashi y su compañero Yoshioka (Ken Ishiguro) salen al rescate de dos escaladores atrapados en la nieve. Togashi y Yoshioka cargan con los escaladores de regreso al embalse. Uno de estos últimos recobra el conocimiento y hace perder al equilibrio a Yoshioka y los dos ruedan por una ladera. Yoshioka se lastima en una pierna y presta su brújula a Togashi para el viaje de regreso. Desafortunadamente, Togashi se mete en el medio de un whiteout (un fenómeno metereológico que ocurre durante tormentas de nieve y que hace que la luz, reflejada en las nubes y nieve, parece proceder de todas las direcciones, distorsionando los sentidos normales de distancia, altura y dirección), perdiendo su sentido de orientación, y no consigue salvar a su amigo. Los otros dos escaladores, por el contrario, sobreviven gracias a Yoshioka, quien los había protegido del frío.

Tres meses más tarde la novia de Yoshioka, Chiaki Hirakawa (Nanako Matsushima, RING, RING 2) visita el embalse. Togashi la está esperando para devolverle la brújula de su difunto prometido.

En ese mismo momento un grupo terrorista llamado La Luna Roja toma por asalto el embalse computerizado, desde donde controlan otros nueve embalses menores, y hacen prisioneros a todos los trabajadores y Chiaki. Milagrosamente, Togashi consigue escabullirse y enseguida se las arregla para entrometerse en los planes de los terroristas. El líder de éstos (Sato Koichi, hijo del famoso actor Rentaro Mikuni, THE BURMESE HARP) pide a las autoridades un total de 5 billones de yenes. En la comisaría de policia local los federales toman control de las negociaciones, haciendo oídos sordos a las quejas de la policía local, encabezada por su jefe Kaoru Okuda (Katsuo Nakamura, ver foto derecha, quien había interpretado a Hoichi el sin orejas en KWAIDAN de Masahiro Kobayashi) quienes muestran su preocupación por el peligro que corren los habitantes cercanos a los embalses.

WHITEOUT fue concebida como una respuesta a películas clásicas de acción de Hollywood. De ahí las comparaciones que muchos críticos, por obvias razones, han hecho con filmes como La Jungla de Cristal o Máximo riesgo. Sin embargo, WHITEOUT no llega al nivel de acción espectacular de los productos americanos. De hecho, no pasa de ser una curiosidad que díficilmente verá su estreno fuera del lejano oriente (WHITEOUT fue estrenada en Corea del Sur con considerable éxito, sólo tres meses después de su apertura en Japón). El adjetivo que mejor definiría a WHITEOUT es el de fofo, porque efectivamente no tiene ninguna fuerza. La historia se desarrolla de una manera muy convencional y predecible.

El personaje principal se las arregla, gracias a su conocimiento del terreno y las posibilidades tecnológicas y materiales de la presa, para enfrentarse, sin muchos disparos, a los terroristas, armados hasta los dientes. La trama, cargada con todos los clichés imaginables del género, se desgasta con enorme rapidez al pasar la media hora del largometraje, donde la historia se quiebra por todos lados. Por ejemplo, el descubrimiento del verdadero propósito de la banda terrorista y del inflirtado con ganas de venganza, o las peripecias, cada vez más inverosímiles, de Togashi, sobre todo cuando camina más de tres kilometros en la nieve o bucea la misma distancia en un canal de agua congelada para luego enfrentarse a los terroristas. Los personajes, con la excepción del jefe de la policia local, no poseen ningún tipo de carisma. Es una coincidencia ver juntos a los personajes principales de RING (Nanako Matsushima) y RASEN (Koichi Sato), quienes no aportan nada importante. Sato por ejemplo, a pesar de haber obtenido el premio al mejor actor de reparto concedido por la academia de cine japonesa ese año, es reducido a un estereotípico malo sin ningún aliciente.

En cuanto a lo artístico, como ya he dicho anteriormente, WHITEOUT no posee la fluidez y la destreza visual de sus homólogos americanos, aún cuando cuenta con el director de fotografía Hideo Yamamoto, quien entre otras, ha trabajado en películas como HANA-BI de Kitano Takeshi, RING 2 de Hideo Nakata. Más concretamente Yamamoto se ha convertido en el director de fotografía habitual de Takashi Miike (AUDITION, ICHI THE KILLER, THE HAPPINESS OF THE KATAKURIS o SHANGRI-LA, entre otras muchas). De esta manera, la cámara permanece estática la mayoría del tiempo y el montaje se mantiene a un mínimo, lo que frena el ritmo trepidante y cargado de adrenalina que se espera en esta clase de largometrajes. En exteriores, las condiciones metereológicas, por supuesto, habrían dificultado cualquier tipo de malabarismos visuales, pero en interiores el estancamiento de la cámara se repite. Por otro lado, WHITEOUT tampoco pretende destruir las convenciones del género, simplemente es incapaz de repetirlas efectivamente.

Dicho esto, cabe destacar ciertos aspectos de la cinta en relación con su trama narrativa. Por ejemplo, el intento que se hace al principio por mostrar un héroe que intenta chulearse con los terroristas, al estilo Bruce Willis , termina con resultados negativos y con unas consecuencias más de esperar. Tras matar al primero de los terroristas, Togashi le dice al jefe de los terroristas que va a por ellos. Este ante tal desafío simplemente mata a sangre fría a uno de los rehenes para que le sirva de escarbimiento a Togashi por su osadía. Otro punto interesante es la relación, contada de una manera poco usual, entre Togashi y la novia (Togashi había prometido a su amigo que protegería a su novia y ésta durante toda el largometraje está segura de que Togashi no hará nada por salvarla a ella o a los rehenes), los cuales no se dirigen la palabra en todo el film.

Muchos se han preguntado el porqué del enorme éxito que WHITEOUT obtuvo en Japón cuando se estrenó en agosto del 2000, convirtiéndose en una de las películas más taquilleras de los últimos años (más de tres millones de personas fueron al cine para verla, 175.000 de ellos en sólo cuatro días del comienzo de su estreno con gente, muchos de ellos admiradores del actor principal, Yuji Oda, acampando a la entrada de los cines para conseguir entradas). El misterio tiene fácil explicación. Como ya pasara con otras películas japonesas de enorme éxito en la taquilla (RING, THE YING YANG MASTER e incluso BATTLE ROYALE) WHITEOUT está basada en un betseller del mismo título escrito por Shimpo Yuichi (tal fue la buena acogida de la novela que Yuichi Shimpo se colocó a la entrada del nuevo milenio en el puesto número 9 de los miembros del gremio literario con más ingresos), quien también colaboró en el guión, publicado en 1995, lo cual casi aseguraba el éxito de la versión cinematográfica. Si a esto añadimos los cinco años de producción y el gancho del reparto, su éxito se hace mucho más fácil de explicar.

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©Joaquín da Silva, 2003