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Festival de Cine de Terror de Londres 2002

El festival de cine terror de Londres ha llegado a su tercera edición, con una representación asiática de cuatro películas. Tres japonesas Dark Water, de Hideo Nakata, The Happiness of the Katakuris, de Takashi Miike y Princess Blade, de Sato Shinsuke y una coproducción de Hong-Kong y Tailandia, The Eye, dirigida por los hermanos Pang (Bangkok Dangerous). Si bien es difícil clasificar el film de Takashi y Princess Blade, inspirado en un manga, dentro del género de terror, estas incorporaciones muestran el enorme interés que el cine asiático, y el japonés en particular, lleva acaparando en los últimos años, no sólo en el Reino Unido, sino que también en el resto de Europa. Un interés que este festival ha ayudado a propagar aún más en la capital británica. Películas como Ring 2 y Audition recibieron su estreno en el Reino Unido en la primera edición de este festival. En 2001 le tocó el turno a Battle Royale y The Isle de Kim Ki-duk.

Estos títulos muestran como la regeneración del cine asiático se ha producido, en parte, a través de largometrajes que encajan, más o menos, dentro del género de terror. Las mencionadas Audition, Battle Royale y en especial Ring, han sido la causa de que el cine japonés se haya puesto de moda otra vez (con los aspectos negativos, en cuanto a expectaciones se refiere, que esto conlleva). El resto del continente asiático ha contribuido al renacimiento del cine de terror oriental pero con menor éxito, que no calidad. Corea del Sur es el mejor ejemplo de este tipo de desarrollo, produciendo largometrajes como Sorum, Whispering Corridors, Ring: Virus, Memento Mori o The Isle.

También hay que hacer hincapié que los trabajos que componen este nuevo interés del público occidental por el cine asiático habían sido extremadamente muy populares en sus países de origen. Normalmente, el cine asiático que se puede ver en Europa, es un cine más artístico o art-house, que no refleja para nada el gusto de las audiencias asiáticas. Por ejemplo, dos películas exhibidas en el festival de Cannes del año pasado, Tsuki no Sabaku de Shinji Aoyama y H Story de Nobuhiro Suwa, todavía no han recibido su estreno oficial en Japón. El tremendo éxito, un poco tardío quizás, de las películas de Hayao Miyazaki en occidente, pone de relieve el hecho de el que cine popular asiático también puede triunfar en el extranjero. Sólo hace falta ahora que se estrene en Europa alguna película de las series de Tora-san dirigidas por Yoji Yamada.

La influencia del cine de terror oriental en occidente se ha hecho mucho más palpable con el remake de Ring, la compra de los derechos de The Eye por la productora de Tom Cruise o la posibilidad de que Hideo Nakata realice la versión norteamericana de su Dark Water. Curiosamente, la proyección de Aiki durante el Festival de Londres, fue acompañada por un corto británico con el título de Virus, el cual se propaga a través del correo electrónico.

Otra prueba de que el cine japonés está atravesando un momento de popularidad entre la audiencia londinense, es el hecho de que en los festivales de esta ciudad, es raro no encontrar en sus programas alguna película de aquel país. En el de ciencia a ficción (Sci-Fi London o The London Science Fiction and Fantasy Film Festival), celebrado a principios de febrero, se exhibieron cuatro largometrajes (Wild Zero, IKU, Versus y Electric Dragon 80,000 Volts) y un mini-festival de cine animé que incluía títulos como Blood: The Last Vampire, una edición especial de Akira, Avalon de Mamoru Oshii, con una entrevista con el propio director, y Jin Roh: The Wolf Brigade.
El Raindance Film Festival of Independent Cinema, celebrado a finales de octubre, contaba de nuevo con la presencia de Dark Water y The Happiness of the Katakuris, más Ping-Pong de Sori, la fascinante Agitator, Chicken Heart de Hiroshi Shimizu y Kazoku Rock de Kakuei Shimada.

Continuando con el Frightfest Festival, otra noticia a destacar, es que el cine donde se celebra este evento, el llamado Prince Charles, ha sido redecorado y parece que ahora se pasa la escoba con más asiduidad. El cine Prince Charles, situado entre Leicester Square, el corazón de Londres, y Chinatown, es toda una institución en Londres y todavía se mantiene como la sala de proyección más barata de la capital. El festival en cuestión se celebra durante el puente del último fin de semana de agosto, también conocido como August Bank Holiday.


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©Joaquín da Silva, 2002